Reinaldo Miravalles (Lino)

Por Aurelio Pedroso

El reconocido por muchos como el mejor actor cubano de todos los tiempos, Reynaldo Miravalles, se presentará hoy en la noche en el Cine Charles Chaplin ante un público que no descansará sin duda alguna en ovacionarle durante la premier del filme con el que cerrará su amplia y fructífera carrera cinematográfica.

Horas antes y ante una pregunta formulada por quien suscribe, el aún recordado Cheíto León, de El hombre de Maisinicú, confesó que “podía vivir en cualquier lugar del mundo, pero mi patria es esta”. Miravalles reside desde hace poco menos de 20 años en Miami.

Esther en alguna parte es la cinta dirigida por Gerardo Chijona (Adorables mentiras, Un paraíso bajo las estrellas, Perfecto amor equivocado y Boleto al paraíso) en la que el actor de 90 años comparte el protagónico con el también conocido Enrique Molina y que son acompañados por un elenco de primera división integrado por Daisy Granados, Eslinda Núñez, Paula Alí, Verónica Lynn y otras consagradas figuras.

Comentaba Chijona que el rodaje transcurrió sin mayores contratiempos salvo las tantas veces que demoró una escena en razón de que la gente quería saludar a Miravalles, actitud del cubano de a pie muy parecida a lo acontecido con el lanzador José Ariel Contreras, también de visita en la isla semanas atrás.

El largometraje, según la sinopsis elaborada por el ICAIC, revela que Lino Catalá (Miravalles) es un anciano serio y formal que es abordado por Larry Po (Molina), un viejo extravagante, quien le revela que Maruja, su difunta esposa, llevaba una doble vida. A partir de ese momento, los dos comienzan una intensa búsqueda en el pasado de Maruja, al tiempo que intentan encontrar el paradero de Esther, el gran amor de Larry. Entre ambos surge una amistad que los unirá para siempre.

Un filme que según me respondió Chijona se trata de “un pequeño puente entre los que están aquí y los que están allá (exterior de la isla)” Acerca de las posibilidades de que sea visto en EE.UU refirió que todo radicaba en encontrar la vía pertinente y que, obviamente, excluyera cualquier tipo de piratería.

La cinta, una suerte de tragicomedia a lo cubano, capta la atención del espectador desde el primer instante hasta el inesperado final. Algunos especialistas durante la rueda de prensa se tomaron su tiempo en encontrar desaciertos con determinados planos que oscurecían la escena, pero hay que apuntar que un espectador medio no repararía ni un instante en ello.

Sin ser crítico de cine me atrevo a concederle el máximo de puntos a Esther, así como asegurar que desde los más pesimistas cinéfilos hasta los más optimistas no perderán hora y media de su vida en verla. Es más, que agradecerán a Chijona, al “team” de trabajo y al mismísimo Miravalles su actuación y valor por venir a despedirse del cine en esta su tierra, que le quiere y aprecia.

Fuente: Progreso Semanal
Fecha: 20 de febrero de 2013